Design Thinking, en español, pensamiento de diseño, es una metodología que permite abordar y resolver retos de los negocios y de la sociedad con responsabilidad. Así, quien lo aplica debe ser consciente de sus decisiones.
Por Juan Quinde. 22 julio, 2022. Publicado en Correo, el 22 de julio de 2022.
La pregunta nuclear es “¿a qué problema dirigir la energía?”. Se busca un reto noble, sin importar si salimos de la zona de confort.
No solo está centrado en la persona, sino que es profundamente humano. Busca una solución desde la empatía y considerando las emociones, las necesidades, las motivaciones y el entorno de la persona o grupo de personas a quien se desea ayudar. Además, es importante considerar que dicha solución debe cumplir con tres criterios necesariamente: debe ser factible (que pueda producirse pronto), viable (con posibilidad de tener éxito en el mercado), y deseable (que mejore la vida de las personas).
Luego de capacitarse y buscar a un buen asesor, se sugiere formar un pequeño equipo con ganas de “comerse el mundo”. Los miembros deben estar concentrados, y ser capaces de colaborar activamente. Asimismo, tan importante como su motivación, es su formación, buen criterio y ganas de servir.
El equipo también requiere un ambiente de trabajo amplio y lleno de optimismo (la creencia inquebrantable de que las cosas podrían ir mejor). Sin optimismo, la voluntad para experimentar se frustrará sin parar hasta que se marchite.
La frase que resume el espíritu del Design Thinking es “la necesidad es madre del ingenio”; quien comprende e interioriza la necesidad tendrá suficiente fuerza para buscar una solución.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.
